"En Puente la Reina-Gares, anunciada por un monumento al Peregrino, ambos caminos se hacen uno, que penetra bajo el arco de la iglesia del Crucifijo, cruza la carretera y recorre la calle Mayor hasta el bello puente románico de seis ojos, construido sobre el Arga por la reina doña Mayor para servicio de los peregrinos. La estructura de la población es de tipo bastida con tres calles paralelas; aún pueden verse entre las casas varios torreones de sus murallas al sur de la villa. La iglesia del Crucifijo, de los siglos xii y xiii, es de fundación templaria y debe su nombre a una preciosa talla gótica de influencia germánica. Aledaño, en el convento de Reparadores, se encuentra el albergue de peregrinos. La iglesia de Santiago, en la calle Mayor, tiene dos hermosas portadas románicas y, en su interior, dos hermosas tallas góticas de Santiago peregrino y San Bartolomé. Hay, además, otra iglesia, la de San Pedro, en la que se guarda una imagen gótica de la Virgen del Puy, más conocida como "Virgen del Txori" por una encantadora leyenda que afirma que cuando esta imagen se hallaba en la capilla que hasta 1834 existió en medio del puente, un pajarillo -txori en euskera- limpiaba todos los días la cara de la Virgen con el agua del río que recogía en sus alas. Esta leyenda se recoge en el escudo de la villa.
Bajo el convento de las Comendadoras de Sancti Spiritus, salimos de Puente la Reina, camino de Mañeru y Cirauqui, a la vista de la ermita gótica de Santa María de Aniz. Cirauqui, cuya bella estampa, algo afeada por construcciones relativamente recientes, se anuncia desde Mañeru, tiene dos iglesias: San Román, con bella portada lobulada al estilo de la de San Pedro de la Rúa de Estella, y Santa Catalina de Alejandría, gótica. A la salida pueden verse restos de una calzada y un puente romano, aprovechado en época medieval.
El Camino sigue cerca, pero escondido de la carretera, pasa por un pequeño puente gótico sobre el río Salado, que viene del embalse de Alloz y atraviesa Lorca, con su bella iglesia de ábside románico. Después continúa hasta Villatuerta, donde encontramos otro puente sobre el río lrantzu y admiramos la bella estampa de la mole gótica de la iglesia con su torre románica. Pasando junto a la ermita de San Miguel, iglesia de un antiguo monasterio desaparecido, llegamos a Estella.
Estella/Lizarra es una ciudad monumental, fundada en el 1090 también al calor de las peregrinaciones. justo a la entrada del núcleo, una pasarela peatonal sobre el río Ega conduce a la iglesia gótica del Santo Sepulcro, con su bello tímpano y las estatuas de los apóstoles a los lados. Desde aquí podemos ver lienzos de muralla, el convento gótico de Santo Domingo y la iglesia románica de Santa María Jus del Castillo, antigua sinagoga. Pero siguiendo por abajo, hacia el puente de la Cárcel, tomamos la calle de la Rúa y, entre puertas ojivales y palacios renacentistas -el del Gobernador- y platerescos -Casa de Fray Diego-, llegamos a la plaza de San Martín, una típica postal estellesa compuesta por la fuente de los Chorros, del siglo xvi, el antiguo Ayuntamiento barroco, el palacio románico de los Reyes, actual sede del "Museo Gustavo de Maeztu" y, como fondo, las escaleras que terminan ante la portada y torre de San Pedro de la Rúa y la roca del antiguo castillo. La calle de la Rúa se continúa en la de San Nicolás hasta el portal de Castilla. Al otro lado del Ega se alzaba el también barrio franco de San Miguel, dominado por la iglesia del mismo nombre, mezcla de gótico y románico. Es preciosa su románica portada norte, de cinco arquivoltas, bello tímpano, y, franqueándola, un conjunto escultórico de excepcional calidad. Al sur corre la calle Zapatería y luego la Mayor, con varias casas palacianas de interés, que llega hasta la plaza de Santiago, dejando entre medio la plaza de los Fueros y la iglesia de San Juan, de origen medieval, pero muy transformada en el siglo xvi, época de su magnífico retablo renacentista. La fachada es neoclásica.
Hay, además, varios conventos, la capilla románica de la Virgen de Rocamador, a la salida hacia Ayegui, la iglesia gótica de San Pedro de Lizarra y la basílica moderna de la virgen del Puy, bella imagen gótica plateada, de gran devoción en Estella. Se halla en un alto y desde ella la vista panorámica de la ciudad y las montañas que la rodean es espléndida.
Desde Estella, Camino y carretera pasan por Ayegui y el monasterio de Santa María la Real de lrache, en las faldas del mítico Montejurra. lrache, que pronto inaugurará el Museo etnográfico de Navarra "Julio Caro Baroja", se inició en estilo románico, al que pertenecen la cabecera, con su triple ábside, y el crucero, y se terminó en el siglo xiii en estilo cisterciense. Su claustro plateresco es uno de los más bellos del xvi. La torre es de estilo herreriano y barroca, la fachada-retablo sobre la puerta románica principal.
Continuamos por Ázqueta a Villamayor de Monjardín, bajo los restos del castillo roquero de San Esteban de Deyo. Son interesantes el aljibe con bóveda gótica y la iglesia de San Andrés, románica con torre barroca. En su interior se guarda una singular cruz procesional románica de madera chapeada de plata, Después de Urbiola, el siguiente punto importante es Los Arcos y su iglesia de Santa María, de origen románico, pero totalmente transformada en el siglo xvi y reformada en el xvii y xviii. Destaca su torre plateresco, de entre las más bellas de Navarra, su interior, monumental y barroco, presidido por la imagen gótica de Santa María de los Arcos, y su claustro gótico flamígero. La villa conserva casas blasonadas de los siglos xvi, xvii y xviii, y dos puertas de muralla, la del Estanco y la de Castilla. Sansol en lo alto y Torres, enfrente y abajo, son los pueblos siguientes. Nos detendremos en Torres del Río para contemplar la iglesia del Santo Sepulcro, hermana de la de Eunate, pero sin claustro. Es románica, octogonal y su bóveda nervada muestra también influencia califal. Posee un bello crucifijo románico del siglo xiii.
Y llegamos a Viana, último hito navarro del Camino. Antigua plaza fuerte fundada en 1219 por Sancho ViI el Fuerte, dio su nombre al principado que Carlos III instituyó para su heredero Carlos, Príncipe de Viana. Tiene forma de bastida y conserva parte de sus murallas. Abundan las casas hidalgas y los palacios del xvi al xviii, pero sus edificios más monumentales son el Ayuntamiento barroco, las ruinas de la iglesia de San Pedro, de estilo cisterciense, el convento de San Francisco, del xvii, y la iglesia de Santa María, gótica y de porte catedralicio: de su exterior destacan la torre y la bellísima fachada-retablo, renacentistas; y del interior, la capilla de San Juan del Ramo, con una talla gótica del titular y espléndidas pinturas murales dieciochescas de Luis de Paret y Alcázar.
Muy cerca de Viana se encuentra la ermita de la Virgen de las Cuevas, desde donde el Camino se dirige hacia la laguna de Las Cañas y Logroño, ya en La Rioja."
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